Caso Ayotzinapa: la pista ninguneada de las minas de Carrizalillo

Pobladores de Carrizalillo denunciaron que integrantes de Guerreros Unidos llevaron a terrenos cercanos a su comunidad a una parte de los normalistas de Ayotzinapa secuestrados entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014. La denuncia la hicieron sólo un mes después de la tragedia, pero la PGR no les hizo caso. En junio pasado el subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas encabezó la primera “búsqueda forense” de los estudiantes presuntamente desaparecidos en esa zona, en la que bandas criminales cometen asesinatos, amedrentan a autoridades y extorsionan a empresas mineras.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y el conflicto minero que se vive en Guerrero, convergen en Carrizalillo, zona controlada en 2014 por Guerreros Unidos y lugar al que se habrían llevado a un grupo de estudiantes de la normal de Ayotzinapa secuestrados entre el 26 y 27 de septiembre de ese año. Seis años después, la comisión de Ayotzinapa acudió y, en total sigilo, realizó la primera “búsqueda forense” en el lugar.

No había transcurrido ni el mes, cuando habitantes del lugar narraron cómo, en las primeras horas de la mañana del 27 de septiembre, arribaron decenas de camionetas con jóvenes en ellas, custodiadas por miembros del grupo delincuencial.

Los padres de los 43 estudiantes de la escuela Normal Rural, Isidro Burgos, lo plantearon desde las primeras reuniones con las autoridades del gobierno de Enrique Peña Nieto. No los escucharon.

En 16 y 17 de junio pasados, a meses de cumplirse los seis años, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación y cabeza de la Comisión de Ayotzinapa e integrantes de la Agencia de Investigación Criminal y de la Fiscalía General de la República, se movilizaron a Carrizalillo sin avisar a las autoridades del estado.

Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete González, estudiante desaparecido en la noche de Iguala, confirma en entrevista que ellos sabían que “se los llevaron rumbo a Carrizalillo” y ahora “se está en proceso de investigación”.

“No hemos tenido noticias de lo que encontraron y ahí, solo fueron los de la comisión”, dice Navarrete, quien acompaña a Hilda Leguideño a Mexicali para buscar a un joven en situación de calle que tiene similitud con su hijo, Jorge Antonio Tezapa Leguideño. “El sábado (26 de septiembre), cuando sea el informe (que ofrecerá el gobierno a los padres de los normalistas), nos dirán que fue lo que encontraron en Carrizalillo”, comenta.

La Comisión de Ayotzinapa que encabeza Alejandro Encinas, a diferencia del gobierno anterior, realiza dos tipos de búsqueda: la forense y en vida.

En Mexicali, la madre de Jorge Antonio Tizapa Leguideño, acompañada por la Comisión Nacional de Búsqueda, realizó una búsqueda en vida; en Carrizalillo, fue una búsqueda forense.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2291 de la revista Proceso, ya en circulación.

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