100% expuestos

Los efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México son de los más vulnerables al covid-19, ese enemigo invisible que ya se ha llevado a más de 60 de sus compañeros. Ellos salen todos los días a la calle a dar seguridad a la ciudadanía y a enfrentar la criminalidad y la violencia. Algunos dicen que lo hacen con miedo; otros, simplemente que el virus no existe. Como sea, cumplen sus jornadas extenuantes de 24 por 24 horas. Muchos de ellos lamentan que a veces, sobre todo en este tiempo de pandemia, la ciudadanía los agrede.

 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Los días previos a la reapertura parcial de los comercios del Centro Histórico de la Ciudad de México, luego de tres meses de emergencia sanitaria, cientos de efectivos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) comenzaron a vivir días aciagos a causa del covid-19, ese “enemigo invisible” que se sumó a la inseguridad y la violencia cotidianas.

En la esquina del Eje Central y Madero, la calle peatonal y comercial más transitada de la Ciudad de México, un uniformado apenas podía disimular su cansancio tras su cubrebocas y una careta que, además de protegerlo del inclemente sol dominical, le provocaba sopor.

Su trabajo era controlar el acceso a esa arteria, de ahí sus advertencias a los transeúntes que merodeaban el lugar: “No puede pasar”, les decía. “Disculpe, no hay paso”, gritaba a los impetuosos ciudadanos. “No se puede, todo está cerrado”, insistía en su interminable letanía.

La escena se repetía en las calles aledañas a principios de julio, dice el uniformado, de unos 33 años, quien pide el anonimato por temor a represalias. Luego añade: “La gente nos maltrata porque no los dejamos pasar, se ponen pesados y nos insultan. Y eso me molesta, pero tengo que aguantarme porque aquí me dejaron y no me puedo mover.

“Por la pandemia”, dice, “mandaron a muchos compañeros enfermos a su casa y ahora somos menos, por eso nos toca quedarnos 24 por 24 horas. Nos traen la choclaya (comida) y nos la comemos parados en la calle, cuidando que la gente no nos tome fotos; luego dicen que no trabajamos. Ya estamos muy cansados.”

Datos de la Dirección Ejecutiva de Salud y Bienestar Social de la Subsecretaría de Participación Ciudadana de la SSC, dirigida por Omar García Harfuch, reflejan la salud mental de los policías capitalinos a raíz de la pandemia: 46% solicita ayuda para manejar el duelo por la muerte de un familiar o compañero; 29%, ansiedad o miedo; 10%, depresión, 5%, estrés laboral o postraumático; 4%, problemas de pareja; 3%, trastornos de la personalidad, 2%, conflictos familiares y sólo 1% solicita orientación psicológica.

Después de los trabajadores de la Secretaría de Salud y los del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, los de la SSC son los más afectados por el virus en el gobierno de Claudia Sheinbaum, cuya administración admitió que el 28 de abril había 49 casos confirmados de policías contagiados y 12 defunciones; un mes después sumaban 131 confirmados y 40 fallecimientos.

El 29 de julio había ya 90 casos positivos activos, más de 500 recuperados y 60 defunciones, según la SSC. No obstante, en una tarjeta informativa emitida el 15 de julio, el gobierno central informó que iban 62 “lamentables bajas” en esa dependencia que cuenta con más de 85 mil trabajadores operativos y administrativos. (Con información de Miguel Dimayuga.)

 

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2283 de la revista Proceso, ya en circulación.

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