Dina, la nueva generación, de vuelta a la carga

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Dina, la nueva generación, de vuelta a la carga

DINA la nueva generación de vuelta a la carga (P-W pag.70-76)

Recién llegados a los 30 años, Altagracia y Ararggo Gómez Sierra son emblema de la renovación de una empresa de amplia tradición en México. A unos meses de haber celebrado su aniversario 70, Dina, la única armadora mexicana de camiones y autobuses, está lista para regresar a la carga.

“Si es Dina, camina”. Con este lema se distinguía, en los años 60, a los vehículos armados por Diesel Nacional, una firma creada por el gobierno en julio de 1951. En siete décadas, la empresa ha sufrido transformaciones y ha realizado ajustes.

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Miguel Ángel Velasco, Altagracia Gómez y Ararggo Gómez. 14 de octubr 2021. Foto: © Fernando Luna Arce

Pese a la evolución, hace algún tiempo, la hoy propietaria familia Gómez halló que, tras 20 años de dejar de producir transporte de carga pesada, el 20% de los camiones en las carreteras del país todavía eran Dina.

“Dina es parte de la historia de México y de la historia del transporte en el mundo. Aunque nace como una empresa paraestatal, logra consolidarse como punta de lanza, no sólo por sus propios méritos de ingeniería y soluciones locales, sino por sus alianzas. Desde los 50 se alió con Fiat, con Chrysler, con Renault, con Marcopolo. Fuimos la empresa con la cual los monstruos tenían que entrar de la mano a México para competir”, señala Altagracia Gómez Sierra, quien forma parte del Consejo de Administración de Dina y está a cargo de nuevos proyectos de Grupo G, el consorcio que engloba a Dina y otras empresas de la familia, cuyo emporio inició con su abuelo, Alfonso Gómez Somellera.

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Altagracia Gómez, presidenta del Consejo de Administración del Grupo Minsa e integrante del Consejo de Administración de DINA. 14 de octubre 2021 Foto: © Oswaldo Ramírez

Grupo G tiene tres divisiones principales: agricultura y alimentos, construcción y desarrollo inmobiliario y actividad industrial. A este grupo empresarial pertenecen firmas como Minsa, Almer o Agroinsumos Campo Fino, entre otra decena de empresas, algunas relacionadas con plásticos termoformados para la industria automotriz.

“Participamos en el segmento automotriz de carga ligera y pesada; en carga ligera somos proveedores tier1 y tier2 de empresas como Tesla, Audi o Volkswagen”, explica Ararggo Gómez, vicepresidente ejecutivo de Dina y pieza clave para la estrategia de vuelta a la carga.

En México, la industria de transporte representa 5.6% del Producto Interno Bruto (PIB), dentro del sector; 50.7% corresponde al transporte de carga; 31.8%, al transporte de pasajeros; 7.7%, al transporte terrestre, y 3.2%, al transporte aéreo.

En el país existen 983,000 empresas de transporte de carga, de las cuales más de 25% cuenta con entre una y cinco unidades.

Una expedición a Oriente

El primer guiño de vuelta a la carga fue la introducción de un vehículo hustler (tractor de patio), con el que lograron un contrato importante que opera en el puerto de Long Beach, California.

“Nos buscó una compañía que es una de las operadoras más importantes de puertos del mundo: tiene más de 180. SCA Marine nos pidió fabricar un vehículo específico para sus necesidades, y nuestro equipo desarrolló uno apto para uso intensivo en uno de los puertos más importantes del mundo, que es Long Beach. En 10 años, ya habíamos vendido alrededor de 500 unidades ahí”, comenta Ararggo Gomez.

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Ararggo Gómez, Miguel Ángel Velasco y Altagracia Gómez 14 de octubre 2021. Foto: © Oswaldo Ramírez

Para Miguel Ángel Velasco Martínez, director general de Dina Camiones, este vehículo también permitió migrar, poco a poco, hacia nuevas tecnologías, a partir de 2006, cuando introdujeron los vehículos a gas, y hasta 2019, cuando lograron electrificar los hustlers para las maniobras en puerto.

“Es un tractor de patio que remolca contenedores y nos ha permitido no sólo hacer la introducción de Dina a la carga con la experiencia que tenemos, sino ir migrando a nuevas tecnologías. La última, y que es un éxito para Dina, es que ya estamos exportando vehículos eléctricos bajo esa misma plataforma. Éste se desarrolló con el apoyo del gobierno de California, que es la economía local más importante del mundo y más avanzada en temas de emisiones, donde ellos tenían un objetivo, que era electrificar la operación de carga y descarga de los puertos”.

El siguiente paso fue hacer una serie de visitas a Asia, en 2015 y 2016. Ararggo Gómez relata que, en una primera fase, asistieron el director general y los encargados de compras e ingeniería. El objetivo era mantener la tradición de generar alianzas.

“Sonaba mucho la guerra comercial de Estados Unidos y China, y notamos que, en el sector de producción de autobuses y camiones, la concentración seguía avanzando. El mercado pasó a ser de monstruos a titanes, porque las empresas grandes empezaron a fusionarse. Dina no es una empresa temerosa, pero es una empresa bien cuidada. Siempre hemos crecido de la mano de los que van adelante en tecnología y capacidad de mercado; y los que van adelante ahora no son los europeos, ni los norteamericanos: son los asiáticos”, expone Altagracia Gómez.

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Altagracia Gómez, presidenta del Consejo de Administración del Grupo Minsa e integrante del Consejo de Administración de DINA. 14 de octubre 2021. Foto: © Fernando Luna Arce.

Fue así como se constituyó una alianza con cinco empresas chinas, encabezada por Shaanxi Automobile Group para traer a México tres nuevos camiones de carga pesada (un torton y dos tractocamiones) que se comercializan bajo la marca Dina.

Elevar el contenido nacional

Dina prevé que el primer pedido de 100 camiones esté armado y en carreteras antes de que termine el año. Al cierre de la edición, habían llegado a México cerca del 40% de los vehículos previstos, todos en piezas para armar.

“Para lograr esta alianza, visitamos Corea, China y Japón buscando la mejor tecnología y, para el 70 aniversario de Dina, escogimos nombres como D500, D700 y D900, que fueron los mismos que tenían los primeros vehículos de carga, para invocar a la nostalgia. Creemos que hicimos bien; entramos a tiempo porque, en nuestro caso, la experiencia cuenta, así como la capacidad de tropicalizar una unidad que está diseñada pensando en carreteras de lujo, completamente pavimentadas. Ahí es donde nosotros entramos para adaptar los vehículos con ingeniería y tenerlos listos para la realidad mexicana”, afirma Ararggo Gómez.

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Ararggo Gómez, vicepresidente de DINA. 14 de octubre 2021. Foto: © Fernando Luna Arce.

El directivo explica que, entre los principales diferenciadores de sus nuevos camiones de carga, destaca la cabina “chata” que culturalmente provoca un desconcierto visual, pues los conductores están acostumbrados a cabinas con motores al frente, que brindan una sensación de seguridad ante la posibilidad de un choque.

“Lo cierto es que este tipo de cabinas ofrece un mejor campo de visión para los conductores, lo que resulta más seguro para prevenir accidentes. Algo que también nos distingue es el servicio postventa, porque no se trata sólo de traer los camiones a un precio competitivo, sino de tener un buen servicio de atención y disponibilidad adecuada de refacciones”, afirma.

La familia estima que, en 2022, se registre un crecimiento de 30 a 40% en las ventas de estos tres modelos con capacidad de carga útil de ocho a 35 toneladas, según el modelo (60 toneladas, en el caso de los doble-remolques).

El proyecto ha implicado inversiones para reconversión de plantas all in que, hasta ahora, contabilizan entre 30 y 40 millones de dólares, y que, para 2023, alcanzarán 70 millones de dólares entre capital de trabajo, talleres e ingeniería.

Actualmente, la totalidad de las piezas de los nuevos camiones proviene de China. Sin embargo, la meta es que, en tres años, estos vehículos cuenten con una proporción fuerte de piezas nacionales, como ocurre con las líneas de carga especializada y transportes de pasajeros de Dina, donde el contenido nacional va de un 65 a un 80%.

Con un aumento de 25% en las ventas de camiones pesados en septiembre, Miguel Elizalde, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) considera que ya inició una época de recuperación, impulsada por una mayor movilidad; sin embargo, asegura que todavía hacen falta impulsos de política pública para alentar el reemplazo del parque de carga.

“Las ventas responden a la reanudación de las actividades laborales y académicas. Pero es necesario recobrar aún los niveles prepandemia. Se debe aprovechar la normalización de los flujos de traslado para dar respuesta y cumplir con el derecho constitucional que tienen las personas a una movilidad segura, eficiente y responsable. En el marco de las discusiones a la Ley de Movilidad y Seguridad Vial en el Senado de la República, es fundamental canalizar recursos y estímulos fiscales para la renovación de la flota, para mejorar los vehículos, las rutas, los tiempos de traslado e integrar los sistemas de transporte multimodal. En suma, dotar de un transporte digno, incluyente y sustentable a trabajadores, estudiantes y familias”, afirma.

Política pública y sustentabilidad

Desde la óptica de Miguel Ángel Velasco Martínez, el director general de Dina, el mayor activo de la compañía es que cuenta con la tecnología y con la experiencia necesarias para brindar soluciones de movilidad sustentable, acordes con los problemas de hoy.

La oferta va desde tecnología de eficiencia diésel, gas licuado y gas natural, hasta biocombustible, vehículos híbridos y el proyecto más reciente: autobuses eléctricos.

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Miguel Ángel Velasco, director general de DINA. 14 de octubre 2021. Foto: © Fernando Luna Arce.

“Dina quiere ser un actor decidido en el cambio de movilidad y carga. Por eso traemos proyectos con hechos, no con ideas. Tenemos carga eficiente enfocada a clientes de forma efectiva. En el tema de transporte, estamos trabajando en el desarrollo compartido para fabricar el primer autobús eléctrico que sea 100% mexicano”, adelanta.

Este desarrollo se realiza en conjunto con las empresas Potencia Industrial y de Luna Littium Battery.

“Contamos con el respaldo de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Ciudad de México y con el apoyo del secretario, que ha facilitado una buena guía para que podamos tener un primer vehículo eléctrico; y estamos seguros de que, en los siguientes meses, en el corto plazo, tendremos un primer prototipo que cubra expectativas del mercado latinoamericano. Será desarrollado en conjunto con la CDMX, pero esta ciudad es referente para lo que ocurre en el extranjero”.

En dos años más, Dina alcanzará una inversión de 100 mdd en proyectos de ingeniería y rediseño de vehículos. Actualmente, el 80% de la producción se destina al mercado doméstico, y 20% al de exportación, principalmente a Estados Unidos y Canadá. El promedio de comercialización de Dina alcanza, actualmente, 1,000 vehículos cada año.

En América Latina, las soluciones de transporte de Dina están presentes en Colombia, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Honduras.

“Con una buena adaptación de política pública incluyente y colaboradora, nosotros vamos a poder implementar una tecnología en beneficio de las emisiones, que es nuestra responsabilidad social y colectiva”, añade el directivo.

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Viridiana Mendoza Escamilla

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