Forbes México.
Desafíos de la educación ejecutiva tras la pandemia
Por: Julián Sánchez, Antonio Casanueva y Lorenzo Fernández
Hablar sobre el futuro de la educación ejecutiva conlleva pensar en qué conocimientos, habilidades y actitudes requerirá el director de empresa en el mundo después de la coyuntura actual.
En el reciente encuentro Global de Egresados del IPADE, que congregó a más de tres mil líderes de organizaciones de México y Latinoamérica, reflexionamos acerca de las grandes tendencias post pandemia que afectarán a las empresas mexicanas y de todo el mundo. Identificamos cinco retos que presenta este momento de alta incertidumbre para los directivos, y analizamos el rol que, como escuela de negocio, tenemos para contribuir al perfeccionamiento de la alta dirección empresarial.
Respecto a las grandes tendencias que afectarán a las empresas, están:
- La digitalización acelerada en todas las industrias. En 2018, los gastos en transformación digital en Estados Unidos eran de 160 mil millones de dólares y se espera que se incremente a 490 mil millones para el 2025.
- El incremento vertiginoso de la tecnología en todos los ámbitos, en muchos casos reemplazando a humanos. El acceso a internet hoy en los países desarrollados es cercano al 90%, y la Inteligencia Artificial es la industria con mayor crecimiento en la historia.
- El trabajo remoto pasó de ser un lujo a algo común. La evidencia de lo que ha sucedido de marzo del 2020 a la fecha demuestra que reduce el tiempo de movilidad y aumenta la productividad de las empresas, la satisfacción de los empleados y la calidad del trabajo.
En cuanto a los retos que los directores están viviendo en este mundo de alta incertidumbre, cabe destacar:
- Recordar el sentido de propósito de las empresas, haciendo una reflexión sobre por qué hacemos lo que hacemos. Esto ayudará a renovar la pasión, el compromiso y los valores de nuestras organizaciones, para dirigir en un clima de respeto, justicia y alineado con objetivos amplios.
- Reconocer que el bienestar de las personas es una prioridad. Será crucial saber gestionar el dolor, la ansiedad y el agotamiento de nuestros colaboradores.
- La apertura a la innovación, aprovechar los avances tecnológicos con miras a identificar oportunidades y nuevos rumbos para la organización.
- Gestión y autogestión. Ser conscientes de cómo nos auto gestionamos, además de la manera en que dirigimos a nuestros equipos. Esto implica entender que, como directores, todo lo que se hace manda mensajes al equipo.
- Celebrar los pequeños logros. Nuestros colaboradores tienen que sentirse orgullosos, saber que lo están haciendo bien, celebrar los pequeños logros puede ayudar mucho a levantar el ánimo de la organización.
Ante estos desafíos, ¿cómo deben las escuelas de negocio acompañar a los empresarios? Estamos tentados a cambiarlo todo, pero vale la pena reflexionar sobre la esencia del IPADE y aprender de crisis pasadas.
En 1995, cuando México entró en lo que hasta ese momento era la crisis económica más severa de su historia, Carlos Llano, fundador del IPADE, se dio a la tarea de establecer diálogo con empresarios de todo el país, participantes o egresados del IPADE. El resultado de esos encuentros se refleja en un libro, titulado El empresario ante el miedo, en el que decía que, ante el miedo, el empresario se distingue entre las demás personas, ya que por oficio tiene que asumir y gestionar el riesgo.
Para hacerlo, Carlos Llano proponía la virtud de la fortaleza como la capacidad de resistir y acometer. También decía que el empresario valiente deberá embestir con ímpetu. Esto implica proyectar a la compañía hacia la nueva realidad para que salga fortalecida, motivada y apuntando hacia el futuro. Para ello, se necesita imaginar escenarios ante un entorno turbulento, innovando y generando nuevos ingresos.
Solicitar consejo también es sabio, ya que el empresario no lo sabe todo. Recurrir al conocimiento de otras personas enriquece las perspectivas y da una visión más amplia. Es ahí donde el Método de Caso, la metodología que usa el IPADE en sus aulas, ayuda a enriquecer nuestras experiencias y visiones.
Además de ampliar la visión de quienes encabezan las organizaciones, a las escuelas de negocio nos corresponde la misión de crear comunidades fomentando la interacción entre todos, ya sea de forma virtual o presencial, para juntos desarrollar herramientas y nuestro potencial.
La esencia del IPADE está en el ser del empresario, en el desarrollo de virtudes directivas fundamentales (objetividad, humildad, prudencia, magnanimidad, capacidad de asumir riesgos, con fortaleza y confianza), sin dejar de lado el conocimiento técnico y la innovación. Ahora más que nunca, ante un entorno de incertidumbre, somos conscientes del papel que como escuela de negocios queremos tomar, innovando las herramientas educativas y los contenidos, para acompañar a los empresarios en el camino hacia el florecimiento de sus organizaciones.
Queremos participantes que estén dispuestos a dejarse exigir, dispuestos a transformarse, a compartir, a entregar y a formar comunidad.
Julián Sánchez García, Antonio Casanueva Fernández y Lorenzo Fernández Alonso son profesores de IPADE Business School.*
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
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