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La revolución que llegó para quedarse
Es difícil ubicar un sector que, en este 2020, no haya sido transformado, en mayor o menor medida, por la pandemia generada por el nuevo coronavirus SARS-Cov-2, cuya enfermedad Covid-19 ha golpeado prácticamente a todo el planeta.
Lo que sí ha quedado muy claro es que en el ambiente laboral se han registrado cambios trascendentales que lo llevarán, muy posiblemente, a no volver a desempeñarse de la manera en que lo conocimos hasta antes de esta crisis sanitaria.
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Y es que este fenómeno convirtió, casi de la noche a la mañana, al trabajo remoto en una prioridad para la mayoría de las empresas, las cuales tuvieron que adaptarse a ver a sus empleados trabajar desde lejos y encontrar, junto con ellos, la mejor manera de seguir adelante en sus tareas.
Pero el trabajo a distancia, conocido también como home office (porque la mayoría de los colaboradores lo hacen desde su propia casa), no es una tendencia nueva para las compañías, sino que ha venido despegando paulatinamente desde principios de la década de los 90.
Fue justo por aquellos tiempos, cuando el economista francés Jacques Attali advirtió que, de cara al futuro, el trabajo dejaría de estar basado en un único lugar, como la tradicional oficina, para volverse principalmente nómada, abriendo a los empleados y organizaciones todo tipo de oportunidades a su alrededor.
¿Qué opciones (y también áreas de oportunidad) se abren para las compañías a partir de este nuevo panorama laboral a distancia? El estudio titulado “Remotopia”, elaborado por la firma Cognizant, advierte todo lo positivo y negativo alrededor de esta tendencia en crecimiento.
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