Forbes México.
Por un transporte más eficiente
Una ciudad inteligente es aquella que usa información para hacer un uso más eficiente de los recursos y brindar servicios de forma sostenible, con el horizonte final puesto en mejorar la calidad de vida. El camino que recorre México hacia allí depende de avanzar, por ejemplo, en la mejora del transporte público.
Cuando hablamos de sostenibilidad, debemos dar cuenta del triple aspecto que supone este concepto: económico, ambiental y social; tanto considerando la actualidad como el futuro y las próximas generaciones. Siguiendo esta línea, en materia de servicios, su planificación y uso deben contemplar al medio ambiente y la minimización del impacto en él –toda actividad humana deja huella pero se debe dejar la menor posible-; debe poder garantizarse su financiamiento y que sea accesible a la mayor cantidad de habitantes sin distinción alguna.
Hoy por hoy, todo lo mencionado no sería posible sin la tecnología. Cada vez más nos vemos influenciados por ella y nos resulta indispensable para nuestro progreso. Para dar un ejemplo cercano, en el 2020 sobraron evidencias de esto. Con el advenimiento de la pandemia, se demostró clave para la continuidad de las distintas actividades humanas: el dictado de clases en las escuelas, la atención en las entidades financieras, la asistencia a pacientes en el ámbito de la salud, y un gran etcétera.
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También fue fundamental para el control de la pandemia misma, para hacer seguimiento de la circulación de personas -inclusive en tiempo real-, ver la evolución de la enfermedad y brindar información sobre el suministro de vacunas, por dar ejemplos. Todo ello brindó a las autoridades claves para poder tomar decisiones que contengan el avance del coronavirus.
En gran medida, los cambios que se implementaron en cada actividad humana en los últimos tiempos llegaron para quedarse. Fuimos y somos conscientes de que muchas acciones, que se hacían de una forma naturalizada, hoy se desarrollan de otra manera, más acorde a nuestras necesidades.
En materia de transporte, en los últimos días se estuvo hablando de la llegada del pago sin contacto al Metrobús en la Ciudad de México por medio de dispositivos móviles y tarjetas bancarias. Como bien se escuchó decir, esto habilita una mayor democratización.
En lo que respecta a Ecobici, si bien viene ampliándose y se están tomando medidas para garantizar su sostenibilidad, aún se pueden mejorar algunas cuestiones, con la tecnología como aliada para poder alcanzarlo. Está demostrado, según estadísticas provistas por el ente estatal que administra el sistema de bicicletas públicas, que se muestra un ascenso ininterrumpido de los usos acumulados globales de este servicio.
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Pero para que continúe esta tendencia -y se incremente este hábito amigable con el ambiente, saludable y accesible-, se requieren algunos ajustes. Hoy por hoy las cicloestaciones cuentan con columnas en las cuales los usuarios pueden acceder a una plataforma que les permite identificarse y tomar bicicletas. Ahora bien, sucede que en muchos casos se acumulan en algunas estaciones, mientras que otras quedan vacías.
Días atrás, la Secretaría de Movilidad hizo pública una convocatoria a licitación para ampliar Ecobici en tres alcaldías, Azcapotzalco, Coyoacán y Álvaro Obregón, con el fin de alcanzar casi 700 estaciones y poner a disposición más de 9.000 bicicletas. Otro anuncio reciente tuvo que ver con el patrocinio a Ecobici desde 2022 de la mano de una empresa, a la manera de otras ciudades del mundo como un banco internacional en Argentina o en Londres. Esto se fomenta para dar sustentabilidad económica al servicio. Mientras tanto, la entidad sponsor recibe un beneficio adicional.
Aun así, hay ejemplos en el mundo donde la suscripción resulta más sencilla, no existen estaciones y hay mayor facilidad para tomar las bicicletas. En este sentido, debe poder sacarse provecho de la información acumulada y existen herramientas digitales para procesar datos, generar predicciones y conclusiones para mejorar el servicio y beneficiar a las distintas aristas en juego.
En materia de movilidad sustentable, también cabe referirnos a los patinetes eléctricos públicos. A diferencia del automóvil, e incluso de las motocicletas, el uso del espacio de circulación y el consumo energético se tornan más eficientes en este caso. A pesar de ello, en CDMX su uso fue efímero. En este sentido, al igual que con las bicicletas, existen sistemas de geolocalización, bloqueo de ruedas y alarmas para prevenir robos, al igual que el tradicional uso de candados. Desde ya, cuantos más métodos se implementen, mayor es la seguridad.
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Han tenido más éxito las empresas de carpooling o vanpooling, de la mano de varias apps. Estas permitieron conectar a usuarios que, por ejemplo, se dirigían a sus trabajos haciendo un mismo camino a diario. De esta manera, comenzaron a hacer uso compartido de vehículo, lo que redujo la cantidad de automóviles –entre 9 y 11 unidades, según uno de los operadores- y, con ello, la generación de gases de efecto invernadero causales del cambio climático.
Sin lugar a dudas, cada vez se realizan más acciones para promover la calidad de vida. Hace poco terminó la Semana de la Movilidad Sustentable, el 22 de septiembre, que a la vez fue el Día Mundial Sin Auto, en el que se busca concientizar sobre su impacto en el ambiente y la importancia de reemplazar este modo de trasladarse.
En conclusión, el conocimiento tecnológico y los profesionales para implementarlo están a disposición para avanzar estratégicamente hacia una ciudad más inteligente y un transporte a la altura de este objetivo. Solo es cuestión de decidir innovar.
Contacto:
Jorge Linares Soler es Country Manager de Nubiral en México. Tiene más de 10 años de experiencia en el sector de IT.
Linkedin: https://mx.linkedin.com/in/jorge-linares-soler-2907801a
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
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