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Infraestructura: un reto para la electromovilidad en México
Durante mi colaboración con este medio el mes pasado me sinceré con ustedes y les expresé mi opinión sobre lo que se necesitaba para transitar a una movilidad eléctrica y, desde entonces, no he podido dejar de pensar en el camino que nos falta por recorrer para que las y los mexicanos podamos disfrutar de los beneficios que nos ofrecen estas tecnologías. Como representante de la industria y, sobre todo, como mexicano me he preguntado cuáles son las principales razones por las cuales los usuarios no han decidido migrar hacia una movilidad más verde, por lo que, asumiendo mi faceta de investigador, me puse a indagar sobre el tema.
Platicando con familiares, amigos y colegas sobre el tema, me atreví a preguntarles si les interesa adquirir un vehículo eléctrico y/o híbrido y, para mi sorpresa, muchos de ellos han considerado la posibilidad de cambiar su coche por un modelo más ecológico; sin embargo, el principal impedimento por el cual sólo han considerado la idea y no han transitado a los hechos es la falta de infraestructura de carga para coches totalmente eléctricos, pues existe el miedo generalizado de quedarse varados en algún lugar sin alguna estación de carga cerca.
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Debo admitir que también he considerado como uno de los motivos por los cuales el mercado de vehículos eléctricos e híbridos en México no ha despegado de la forma en que pensaba. Anteriormente les comentaba sobre la relevancia de trabajar de la mano con el gobierno para buscar incentivos fiscales y no fiscales para promover el uso de dichos vehículos; no obstante, la falta de infraestructura, tanto para la producción como el mantenimiento de los coches, es un tema que vale la pena resaltar por la importancia de este.
De acuerdo con un estudio realizado por Melgar México, en 2021, a lo largo del país circulan alrededor de 17.32 millones de automóviles, de los cuales, la mayoría sigue siendo de combustión. No obstante, durante los últimos años, el mercado para vehículos eléctricos e híbridos ha crecido considerablemente, al punto que, durante el primer trimestre del 2021, las ventas de estos coches representaron el 3.8% de las ventas totales, lo que se traduce en 9,861 unidades circulando actualmente en el país. Si bien parece que es un número reducido, aún lo es más el de las electrolineras públicas y privadas en México, pues, hasta 2019, el número total de dichos establecimientos rondaba cerca de las 2,100 estaciones. Si se compara el número de vehículos eléctricos con el de electrolineras, entendemos porqué los usuarios aún tienen miedo de quedarse parados en medio de su día a día, siendo el impedimento de muchos para adquirir una unidad menos contaminante.
En mi opinión, creo que los usuarios usan el ya conocido refrán “más vale malo por conocido, que bueno por conocer” para no decidirse a probar la nueva tecnología que las armadoras establecidas en México están desarrollando. Además, cabe mencionar que, en nuestro país, algunas marcas de automóviles han decidido no sólo apostar por la producción y venta de este tipo de vehículos, sino también en el establecimiento de electrolineras para que los usuarios creen un lazo de confianza con los productos y, sobre todo, la tecnología con la que operan. Las empresas automotrices han hecho una labor heroica por ubicar estratégicamente los centros de carga; no obstante, durante los últimos años, por razones fuera de su alcance, se ha desacelerado esta tendencia.
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Desde hace algunos años, se ha observado la propensión global de transitar a autos que funcionen con otro tipo de energías y no sólo combustible; sin embargo, en México nos hemos topado con pared. La administración actual ha dejado muy en claro el nulo interés que tienen en explorar y explotar las energías renovables, en lugar de ello, se ha decidido que la inversión en energías fósiles y los derivados del petróleo son los pilares que llevará al país a tener mejores oportunidades de crecimiento económico, ejemplo de lo anterior son las reformas que se han efectuado a la Ley Federal de la Industria Eléctrica (LIE), lo cual ha sido un impedimento para que se instalen más facilidades de recarga para coches eléctricos.
Por último, quisiera preguntarles, ¿ustedes estarían dispuestos a darle una oportunidad a este nuevo tipo de movilidad? Como representante de la industria puedo asegurarles que se está trabajando de la mano con el gobierno en todos sus niveles y con las armadoras para que las dudas y temores que tienen ustedes, los usuarios, se reduzcan y, con el tiempo, desaparezcan totalmente. Asimismo, quisiera poner sobre la mesa la posibilidad de crear nuevos espacios de diálogo, entre todas las personas involucradas en la cadena de producción e infraestructura y los tomadores de decisiones para resolver los conflictos que existen alrededor de las nuevas tecnologías que se están implementando en el sector.
Contacto:
José Zozaya, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA)*
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
Infraestructura: un reto para la electromovilidad en México
Dr. José Zozaya
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