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Nueva Ley de Infraestructura de la Calidad, ¿un impulso a la autonomía?
Por: Carlos Pérez Munguía*
En días recientes, la fracción de MORENA en el Senado de la República compartió la Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se expide la Ley de Infraestructura de la Calidad, misma que vendrá a actualizar todo el marco normativo que actualmente corresponden a la Ley Federal de Metrología y Normalización, vigente desde hace 28 años.
En su exposición de motivos se indica que se deben aprovechar la apertura comercial ampliando las capacidades del país e impulsar la mejora regulatoria optimizando la relación costo-beneficio, pero a la par apunta al reconocimiento internacional de los servicios de evaluación de la conformidad.
El Sistema Mexicano de Metrología, Normalización y Evaluación de la Conformidad (SISMENEC), ha evolucionado principalmente por iniciativa del sector privado, con escaso o nulo apoyo del gobierno federal; que siempre ha denotado limitaciones de recursos para impulsar o hacer valer las regulaciones técnicas mexicanas (Normas Oficiales Mexicanas, NOMs), o las actividades de vigilancia en el mercado o aún lo más grave, la carencia de una visión de largo plazo.
Sin duda, la industria y prestadores de servicios involucrados plenamente en estos procesos que no son exclusivos de nuestro país vemos señales positivas en la presentación de este proyecto de Ley, que puede consolidar la seguridad y la confianza de los consumidores hacia las actividades de normalización de acreditación, de los laboratorios de prueba, organismos de certificación o de las unidades de verificación, que trabajan con las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y las Normas Mexicanas (NMX), como base de sus actividades.
Así, y gracias a las actividades que desempeñan estos profesionales, se han creado miles de empleos y son millones los productos que se fabrican en nuestro país y que se importan o exportan, cumpliendo con la normatividad nacional e internacional y con ello tienen la posibilidad de comercializarse en diferentes mercados.
Ante una apertura comercial internacional, y por ende una desgravación arancelaria, se detona el desarrollo de regulaciones técnicas y pareciera que el desarrollo de un país va de la mano del número de regulaciones creadas establecidas y vigiladas para el cuidado de la salud y seguridad de las personas, o del medio ambiente, que son objetivos legítimos para crearlas y una obligación del gobierno. La siguiente tabla ejemplifica lo aquí indicado.
Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF)
Obstáculos Técnicos al Comercio
Europa, 5.980
Estados Unidos, 4,676
China, 2,551
Brasil, 2,428
Canadá, 1,934
Japón, 1,455
México, 986
*Fuente. Organización Mundial del Comercio
Contar con las capacidades técnicas para poder hacer la evaluación correcta de las regulaciones es a lo que se le llama ¨La Infraestructura de la calidad de un país¨
Sin embargo, en el proyecto de Ley se le da enorme relevancia al reconocimiento de resultados del extranjero y lo que se llama equivalencias. Si ello va en ese sentido, el país no fortalecería ni motivaría el desarrollo nacional de dicha infraestructura y dependeríamos del extranjero para poder evaluar los productos y servicios, algo contrario a la búsqueda del desarrollo tecnológico del país.
Por otra parte, y en contrasentido de las prácticas de la mayoría de los países del mundo, la ley busca pulverizar las actividades de normalización, que se refiere al desarrollo de estándares para la industria o procesos productivos; En mi opinión, no existe explicación razonable para hacer ello; quizás sería mejor impulsar la concentración de estas actividades para motivar la innovación y el apoyo al desarrollo industrial vinculando estas actividades con la academia y centros de innovación, una práctica seguida por China para impulsar su sistema de ciencia y tecnología. (1)
Lo mismo sucede con las actividades de acreditación, la mayor parte del mundo cuenta con una entidad de acreditación, La acreditación son una serie de procedimientos para evaluar las capacidades técnicas de quienes quieren participar como proveedores de las actividades de evaluación de la conformidad. La visión del proyecto de ley es contar abiertamente con más de una y otra vez es algo contrario a la práctica internacional. (2)
Debemos considerar que apenas se trata de un proyecto y que puede sufrir adecuaciones y cambios antes de su aprobación por parte del Congreso de la Unión y su posterior implementación por parte de las diferentes autoridades para que realmente sirva a la sociedad y a la industria.
Habrá que poner mucha atención en aspectos fundamentales como 1) el desarrollo de Normas Mexicanas, que son estándares voluntarios que permiten a la industria nacional ser mucho más competitiva frente a sus pares extranjeras; 2) la aplicación de los acuerdos de equivalencia frente a normas extranjeras que simplemente elimina la infraestructura nacional de calidad; 3) los esquemas de vigilancia en el mercado, que necesita forzosamente recursos para llevarse al cabo y no hay certeza de que se habrá presupuesto para ello.
Concordamos es que es relevante que el sistema nacional de infraestructura de la calidad sea identificado como una herramienta toral para la operación efectiva del mercado interno y la sana competencia, para que no haya abusos y engaños a los consumidores, en la seguridad, o contenido de los productos (no más atún con soya, jugos naturales diluidos, o productos que engañan a la población), mediante el impulso de mejores regulaciones su cumplimiento y vigilancia. También el que se fomente el desarrollo de estándares nacionales para el uso del sector productivo, académico y que sean un motor de innovación.
Espero que los legisladores y las autoridades mexicanas abran los canales de comunicación, para recibir opiniones que permitan aprovechar de la mejor manera la experiencia y los conocimientos técnicos de los mexicanos que nos hemos dedicado a esto por muchos años para convertir a la próxima Ley de Infraestructura de la Calidad en una palanca fundamental para el desarrollo de la industria mexicana y de la soberanía y autonomía tecnológica para seguir siendo como país líder regional en Evaluación de la Conformidad.
Contacto:
*El autor es Director General del organismo de Normalización y Certificación NYCE; y Socio fundador del Instituto Mexicano de Ejecutivos en Comercio Exterior (IMECE).
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
Nueva Ley de Infraestructura de la Calidad, ¿un impulso a la autonomía?
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