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El turismo en mínimos por, y tras, el coronavirus
El Coronavirus sigue abriéndose paso en el mundo. Los casos de Coronavirus al otro lado del charco, en el nuevo continente, siguen creciendo, a la vez que en Europa, la elevada tasa de contagio que presentan el virus sigue extendiendo su presencia por el viejo continente. Todo esto, a la vez que China parece encontrar una estabilidad, amenazada con otro posible brote que podría volver a ejercer una fuerte sacudida a los países asiáticos.
En resumen, esta sería la situación mundial que muestra el comportamiento del Coronavirus en las distintas partes del mundo. Un resumen desde el punto de vista sanitario, el cual muestra esa preocupación que nuestros sanitarios, en todo el mundo, poseen, dada la expansión vírica que se puede percibir en estos momentos. Sin embargo, pese a los análisis, los países siguen mostrando una preocupación muy leve sobre los efectos económicos del Coronavirus, los cuales, como hemos podido observar, poseen un grado de gravedad como para no quedarnos indiferentes ante la situación.
Y es que, pese al daño ejercido por el Coronavirus en la economía, muchos sectores, como el sector turístico, un sector estratégico para un gran número de países, sigue sin recibir esas ayudas que permitan, como poco, paliar los efectos del virus y evitar la consolidación de esas pérdidas ocasionadas por la inactividad económica que presenta el mundo en estos momentos. Y es que, si miramos el escenario desde el punto de vista del sector turístico, estamos hablando de que la gran mayoría de servicios en estos momentos, o están bajo mínimos, o están cerrados al público.
Esto, como es obvio, se traduce en una reducción de ingresos pasmosa para el sector turístico. El confinamiento de la sociedad en sus viviendas, así como el cierre al tráfico aéreo que cada vez más países acometen ante tan drástica situación, ha provocado una paralización histórica, sin precedentes, en un sector tan importante para la economía y el desarrollo como es el turismo. Un sector que representa cerca del 10,4% del producto interior bruto (PIB) mundial, a la vez de haber sido el responsable de haber generado el 20% de la totalidad del empleo creado en el planeta desde 2013.
Como vemos, uno de los principales motores económicos del planeta se apaga con el paso de los días. Las pérdidas ya se cuantifican en un cuantioso número de millones que, pese a la estadísticas, las cuales muestran unas pérdidas por valor de 70.000 millones para el sector turístico, así como unas pérdidas por valor de 113.000 millones de dólares para el sector aéreo, de extenderse el tiempo de cuarentena, así como la intensidad del brote vírico, podríamos estar hablando de unas pérdidas abruptamente superiores a las que recogen, en estos momentos, las estadísticas.
Y esto es un escenario muy probable. La escala logarítmica que refleja la curva de contagios en los países más afectados en estos momentos por el Coronavirus refleja un escenario incierto, el cual no dota de capacidad a los mandatarios para poder estimar cuando se producirá ese aplanamiento de la curva que todos esperan. Un aplanamiento que reflejaría, precisamente, ese control y estabilidad del brote, el cual podría dar lugar a una moderada reactivación de la economía, así como de los sectores mas damnificados por la situación y el escenario presente.
Sin embargo, este es el verdadero problema. Estamos contando con que, una vez pasada la pandemia, el escenario volverá a su situación precedente con total normalidad, por lo que no se está incidiendo en dar ayudas a sectores como el turístico. Ahora bien, si el escenario pasa y la situación no vuelve a la normalidad, muchos analistas ya consideran, incluso, la quiebra de un gran número de aerolíneas, debido a la paralización de su actividad económica y la falta de ingresos para sostener unas complejas y muy dimensionadas estructuras empresariales.
Volvemos a decir, y valga la redundancia, lo que es el sector turístico. Parece que los gobernantes, pese a la situación, no son conscientes del escenario. No son conscientes de que estamos hablando de una paralización total -que no parcial- de uno de los sector con mayor valor agregado para las economías. Y pese a ello, los distintos Estados siguen viéndolas pasar, esperando que los sistemas sanitarios anuncien una evolución positiva que, ni los mismos sanitarios, en estos momentos, pueden afirmar. Mientras, el sector, así como la economía, sigue contando los miles de millones que se pierden con el paso de los días.
Y es que, como hemos dicho en numerosas ocasiones, la estadística muestra que el ingreso medio diario del sector en el mundo recoge la friolera cifra de 5.000 millones de dólares diarios. Una cuantía proveniente de los casi 200.000 vuelos diarios que despegan al día, la ocupación hotelera en todo el planeta, el gasto de los turistas, así como todas esas actividades que, como decíamos, aportan un gran valor monetario a nuestras arcas, así como a los bolsillos de todos esos ciudadanos del planeta que, de forma directa o indirecta, viven y se alimentan de la actividad que genera este sector.
Seguimos luchando para que lleguen esas ayudas. No podemos aminorar la marcha y confiar a que toda esta situación se disipe por completo en dos meses. Es un escenario muy arriesgado, pues la reanudación de un sector como el turístico, pese a haberse controlado la curva, podría darse de una forma más gradual que el resto de sectores. La confianza de los consumidores en estos momentos podría verse mermada, lo que provocaría que, pese a la recuperación, la paralización del turismo se postergue unos cuantos meses más. Pues, en un escenario de tanto riesgo e incertidumbre, lo primero que hace la gente es paralizar todo aquel gasto superfluo, entre los que se encuentra el gasto turístico.
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El turismo en mínimos por, y tras, el coronavirus
Francisco Coll Morales
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