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Industria automotriz mexicana: ¿lista para reactivarse?
Por: Carlos Zegarra y Adolfo Ramírez*
En los próximos días podríamos ser testigos de la potencial reactivación del sector automotriz en Estados Unidos, lo que presionaría a México para su correspondiente reinicio de operaciones. Esto debido a que la mayor parte de nuestra producción de autopartes tiene como destino la exportación, muy especialmente, al mercado estadounidense. Y sí, esto supone un verdadero reto para todo el sector en el país siendo que las cadenas de suministro de la industria se encuentran integradas con aquellas de nuestros socios comerciales en la región.
Las empresas autopartistas deberán ser capaces de gestionar diversos desafíos para poder reiniciar operaciones; entre ellos asegurar que su propia cadena de suministro trabaje de manera integrada para que puedan generar en tiempo y forma los insumos que requiere la industria, ya sea en Estados Unidos o en México. Posiblemente los primeros días de operación no se presenten las mayores afectaciones porque en la mayoría de los casos se contará con inventario en stock, pero paulatinamente irán surgiendo los inconvenientes relacionados a la provisión adecuada de los insumos necesarios para las operaciones. Otro de los problemas que deberá enfrentar la industria es el cierre inevitable de varias empresas más pequeñas que no pudieron solventar el paro de labores por falta de capacidad financiera.
Habrá que considerar que, de iniciar operaciones, estas compañías deberán activar sus funciones en un entorno de contingencia, lo que implicará la implementación de medidas dentro de sus mismas cadenas de operación para mitigar el riesgo de contagio entre su propia fuerza laboral. Las empresas más pequeñas podrían no estar lo suficientemente preparadas para la gestión de crisis como la actual.
Un sector relevante y que es clave para el buen funcionamiento de la industria es el transporte. Y los mismos desafíos a los que se enfrenten las empresas autopartistas se enfrentarán también las compañías de transporte –que podrían restringir la capacidad de entrega de los productos–. Asimismo habrá que tomar en consideración que las aduanas podrían no tener la misma capacidad para agilizar el cruce fronterizo.
Este es un momento de prueba para las empresas. Deberán darse cuenta de que su plan de recuperación debe estar lo suficientemente maduro para que algunas actividades puedan ejecutarse a distancia y otras in situ, pero salvaguardando la salud de los colaboradores.
Tal ve, ninguna industria permanecerá igual después de la pandemia por Covid-19. Y uno de los cambios que podríamos observar en la de autopartes será la consolidación de empresas pequeñas, sobre todo de las que se encuentran dentro de los proveedores tier 2 y 3, en otras de mayor tamaño, lo que permitiría un fortalecimiento importante para afrontar crisis futuras con mayores capacidades.
Una de las lecciones más notables que está dejando esta crisis –y no sólo a la industria automotriz, sino a muchas otras– es la necesidad de reconfigurar las cadenas de suministro para que no exista tanta dependencia de varias regiones a nivel global. El nivel actual de globalización genera en algunos casos, complejidad y mayores riesgos. Este contexto ofrece, incluso, la oportunidad de analizar, en ciertos sectores, qué tan globalizada o local debe estar mi cadena de suministro. Otra de las áreas de enfoque en la industria será el identificar cómo las empresas pueden ser más resilientes ante futuras crisis partiendo de sus propias ventajas competitivas y de las que ofrece el país donde operan.
Contacto:
*Carlos Zegarra es Socio Líder de Management Consulting en PwC México y Adolfo Ramírez es Socio Líder de Riesgos, Controles y Cumplimiento en PwC México.
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
Industria automotriz mexicana: ¿lista para reactivarse?
Invitado Forbes
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